miércoles, 28 de noviembre de 2012



MOZART. AMOR POR LA ÓPERA
“En una ópera, la poesía por fuerza ha de ser hija obediente de la música”.
(Mozart)
Wolfgang Amadeus Mozart nace en enero de 1756 en Salzburgo y muere en Viena en diciembre de 1791. Desde su nacimiento está muy ligado a la música, ya que su padre, Leopold Mozart, era compositor y profesor de violín. De siete hermanos sólo sobreviven dos, él y su hermana Ana María.
Su talento es excepcional. En 1762 la familia comienza a viajar por diferentes países y ciudades, en las que Mozart se da a conocer al igual que comienza a tener contacto con los nuevos estilos y modas del momento. Aunque parezca mentira, estamos hablando de un Mozart con ocho años, que comienza a ser capaz de descifrar las partituras de Bach y Haendel.
Con once años, escribe música por encargo. Se piensa que no es él el compositor, sino su padre. De esta forma todos los esfuerzos realizados por su padre, se ven afectados. No se atreven a confiarle la composición de una obra musical.
En 1769 es nombrado maestro de conciertos por el príncipe arzobispo de Salzburgo. Ese mismo año viaja a Italia. Más tarde regresa a París y para subsistir debe dar clases. Esta vez nos es acogido por la gente tal y como lo hicieron en el viaje anterior. Allí muere su madre.
En 1782 se casa con Constanza Weber. Comienza así una etapa más íntima. Mozart es autor de unas 754 obras de las cuales 26 están desaparecidas. Sus composiciones son: óperas, misas, sinfonías, oratorios, cuartetos y sonatas. Podemos dividir el trabajo compositivo en varios periodos cronológicos:
·         De 1762 a 1770, crea unas 100 obras de carácter religioso, arias, sinfonías, composiciones para piano y violín y otras.
·         De 1771 a 1780. Compone unas 250 sinfonías, obras orquestales, sonatas para órgano y cuerda.
·         De 1781 a 1791. Es el periodo más fecundo, con casi 300 composiciones.
Son muchos los músicos contemporáneos entre los que destacamos a Gluck, Haydn, Schubert, Haendel…. A Haydn lo considera como “maestro” y “amigo”. Mozart se interesa por el teatro de ópera muy pronto, durante su estancia en Londres en 1764, con tan solo ocho años. Fue determinante el contacto con Johann Christian Bach y con Giovanni Manzuoli, que con su voz encantó a Mozart. Sus primeras arias de concierto en estilo operístico las escribe Mozart para este cantante.
Sus tres viajes a Italia son aun más determinantes. En ellos, asimila con rapidez todas las formas musicales del género, técnicas compositivas, dramaturgia, tanto de la ópera seria o drama per música, así como de la ópera bufa, también llamada drama giocoso per música.
Su primera ópera, que sigue el modelo tradicional del drama giocoso, la compone en Viena con libreto de Carlo Goldoni adaptado por Marco Coltellini, “La finta semplice”. Está marcada por la división de roles en partes serias (los nobles) y partes cómicas (los criados y los miembros de la burguesía del s XVIII), con alternancia de recitativos simples (acompañados por el clave), con arias a solo, duetos, tercetos, etc. Con esta ópera Mozart inicia una etapa de intensa actividad.
Aunque comienza con el estilo italiano, siempre introduce innovaciones en sus composiciones. Entre estas innovaciones tenemos el aumento de recitativos, hasta un número de nueve, algo superior a la media de la época. Impone su idea de un teatro musical donde en texto se vincula por procedimientos musicales. Este es uno de los aspectos más innovadores del teatro de Mozart, sobre todo al final.
La ópera que se puede ver como el final del primer periodo y como puente hacia el futuro es Idomeneo re di Creta”. Con esta composición, parece que Mozart termina su aprendizaje al igual que su bagaje viajero.
Una de sus mejores óperas es el  “Rapto del Serrallo”, ópera bufa, con novedades en su parte armónica y original en la instrumentación. Los músicos que la interpretaban se quedaban impresionados por las nuevas sonoridades armónicas y los fragmentos que se le asignaban a ciertos instrumentos. Es una ópera en tres actos, basada en un texto original de Christoph F. Bretzner. El dramaturgo vienés Gottlieb Stephanie llevó adelante la creación del libreto con activa participación de Mozart. No encontramos poesía de alto nivel pero sí un libreto adecuado para una noche de teatro entretenida. Fue estrenada en 1782.
Por primera vez el público encontraba en una obra escrita en lengua alemana la vivacidad de la ópera cómica italiana, que parecía única en haberse apropiado del secreto de la vida escénica. Por otra parte, era la primera vez que en una "opereta" se admiraba tan señoril perfección de la música, tanta riqueza y propiedad instrumental, tanta consistencia de lenguaje melódico.
El rapto del serrallo es, propiamente hablando, un "Singspiel", esto es, un espectáculo musical mezclado de canto y recitación en prosa, con un argumento que adquiere tono de farsa. Mediocres pero agradables compositores (entre ellos Dittersdorf, contemporáneo de Mozart) proporcionaban las melodías para ese género, sin hacer mucho caso de la propiedad escénica y dramática de la obra.
Mozart cayó en ese ambiente tranquilo y elástico como un águila en un gallinero. La música de este "Singspiel" era de técnica compleja, con pormenores contrapuntísticos difíciles de ejecutar; pero lo que determinó el triunfo de la obra fue que aquella música se ajustaba en todo momento a la situación escénica, sin permitirse desviaciones como a veces hacían los compositores italianos.
Las Bodas de Fígaro es la obra más extensa de MozartEl Barbero de Sevilla de Paisiello, la cual tuvo un éxito rotundo en su estreno en Viena en el año 1784. A éste se le encarga una continuación de ella, componiendo Il re Teodoro in Venezia, la cual se estrena el mismo año. No hay que olvidar que tanto los textos del Barbero de Sevilla, como Las Bodas de Figaro es de Beaumarchais, dramaturgo francés.
Mozart no quiere perder la oportunidad y compone estas Bodas de Fígaro, con libreto de Da Ponte. Ambos idean una obra maestra de una modernidad ambiciosa para su tiempo. Consiguen, gracias al texto, propagar ciertos ideales morales. La obra se estreno en Viena el 1 de mayo de 1786. Es una obra clásica por excelencia ya que nace, se desarrolla y finaliza en la forma sonata. La orquesta tiene un papel muy relevante. Podemos destacar el papel que Mozart le otorga a las maderas, en especial al clarinete, que por otra parte es el instrumento preferido del compositor. En opinión de la crítica musical, es una de las obras maestras del teatro lírico de todos los tiempos.
La ópera Don Juan es definida por Mozart como un drama giocoso. El texto es de Da Ponte y es calificado como el mejor de los textos del autor. Hay algunos motivos musicales que ponen al oyente en una situación impresionante, La música representa unos sentimientos que hacen que el dolor lo pueda sentir el oyente. El autor se acerca al romanticismo. La leyenda del Don Juan es uno de los mitos que forman parte del hombre occidental. La obra surge a raíz del éxito de las Bodas de Fígaro.
Don Giovanni se estrenó en el Teatro Nacional de Praga el 29 de octubre de 1787. Se trata de la segunda de las tres óperas compuestas por Wolfgang Amadeus Mozart a partir de un libreto de Lorenzo Da Ponte. Este elaboró el libreto a partir de Tirso de Molina, Molière, Goldoni y Bertati. Mozart, por su parte, consiguió crear musicalmente un personaje, el del libertino, con un dominio absoluto sobre el resto de los personajes.
La Flauta Mágica es considerada como la primera ópera del género serio alemán, y la puerta abierta al romanticismo de Mozart. Los críticos afirman que podemos encontrar en ella signos masónicos, algunos secretos mágicos y ambientación egipcia. Es una obra refinada y misteriosa que deja sin aliento a todo el que la ve. Es la obra de Mozart más representada a lo largo de su historia. La flauta mágica, fue la última ópera de Mozart, encargada por su amigo Emanuel Schikaneder, un masón como lo fue el compositor
Bibliografia:
Gian Giacomo Stiffoni, “Wolfgang Amadeus Mozart: La producción teatral en lengua italiana (opera seria y dramma   giocoso) y la relación con Lorenzo Da Ponte”


martes, 20 de noviembre de 2012


 SANTA CECILIA, PATRONA DE LA MÚSICA.


La vida sin música sería un error. (Friedrich Nietzsche)

El nombre de Santa Cecilia se conoce y se extiende a causa del relato o historia  sobre su martirio, en el que se pone de relieve la perfección de la mujer que abraza la virginidad por amor a Cristo, por lo que sufre este martirio (Actas de Santa Cecilia).
Parece ser que perteneció a una familia patricia de Roma, educada en el cristianismo. Cuentan que el día de su boda, Cecilia se sentó en un rincón y cantó a Dios en su corazón pidiéndole ayuda. Pidió a su esposo que respetase su virginidad. Cuentan las actas eclesiásticas, que consiguió que su esposo Valeriano y el hermano de este, Tiburcio, abrazaran el cristianismo. Ambos fueron martirizados y ejecutados.
Cecilia sufre martirio por no negar su fe. Este martirio, según los escritos y estudios, tendría lugar entre el año 180 y el 230. La historia de su martirio, comienza a conocerse a partir del siglo V. La iglesia católica y la ortodoxa celebran su onomástica el 22 de noviembre (día de su muerte).
Lo único que se conoce es que San Valeriano y San Tiburcio fueron realmente martirizados. El resto es una pura confusión, por la falta de fuentes en las que consultar, y datos poco claros, con respecto a la Santa.

El Papa San Pascual trasladó las presuntas reliquias de Santa Cecilia y de los Santos Valeriano y Tiburcio a la Iglesia de Santa Cecilia in Trastévere entre el 817 y el 824. Se cuenta que en 1599, se le permitió al escultor Maderno, ver el cuerpo incorrupto de la santa. Este esculpió una estatua de tamaño natural, donde representa a la santa recostada, como durmiendo, pues parece ser que es la imagen que retiene el escultor tras ver el cuerpo. Está realizada en mármol de Carrara y se encuentra a los pies del altar mayor de la iglesia que lleva su nombre en el Trastévere (Roma).

Ejerce su patronazgo, no sólo en la música, sino también en los poetas y los ciegos (con Santa Lucia de Siracusa). También es patrona de las ciudades de Albi (Francia) Omaha (Nebraska) y Mar de Plata (Argentina). Algunos  estudiosos del tema plantean un posible error en la traducción de las actas de la santa, concretamente en la palabra órganis, que es el plural de órganum, que significa “instrumentos musicales”. Para algunos críticos los códices no dicen “canéntibus órganis (canéntibus como sinónimo de cantántibus), sino candéntibus órganis, Caecilia virgo…, Los órganos no serian instrumentos musicales, sino instrumentos de tortura, y la antífona describiría que Cecilia entre las herramientas del martirio cantaba a su señor en su corazón.
En su martirio (según las actas) fue condenada a morir asfixiada en humo, y paso más de un día en esas condiciones, cantando el salmo LXX. Puede que sea una buena razón para ejercer el patronazgo de la música. La música comenzaba a ser la esencia de la virtud.
En 1584 se funda en Roma la Academia de la Música. En 1594, el papa Gregorio XIII, canoniza y la proclama patrona de la música. Desde el siglo XVII, Francia, Italia y Alemania celebran el día de la santa con diversos festivales musicales. En 1683, la Sociedad Musical de Londres, estableció un festival del Día de Santa Cecilia, que llega hasta nuestros días.
No siempre ha sido así. En otros momentos de la Historia se ha relacionado con la música al Rey David, a San Jerónimo de Estridón, a San Antonio de Padua, a San Francisco de Asís, a María Magdalena, los cuales han sido representados en ambientes musicales.
No cabe duda de que en la actualidad, aunque la sociedad este un poco alejada de los temas eclesiásticos así como la diversidad religiosa en la que nos movemos, Santa Cecilia es mundialmente conocida como la patrona de la Música.
Durante todas las épocas musicales, ha habido compositores que le han dedicado su música a esta figura, que por múltiples motivos (verdaderos o erróneos), regenta el patronazgo del arte más universal: LA MÚSICA.
FELICIDADES

Bibliografía:
Cfr. Butler, Vida de los Santos, vol. IV.
Enciclopedia Católica
Imágenes:
Santa Cecilia, de Matteo Rosselli (1620)
El martirio de Santa Cecilia, de Stéfano Maderno (1576-1636), en la Iglesia de Santa Cecilia (Roma)
Enterramiento de Santa Cecilia, de Francesco Francia (1450-1517)

miércoles, 14 de noviembre de 2012


BREVE APUNTE SOBRE CLAUDE DEBUSSY (1862 – 1918)


"Estoy cada vez más convencido de que la música no es, en esencia,
 una cosa que se puede emitir en forma tradicional y fija. 
Se compone de los colores y ritmos".
Debussy

En agosto de este año (2012) se han cumplido 150 años del nacimiento de Claude Debussy
Es considerado como el máximo representante del impresionismo musical.
No pensó nunca en su carrera musical. Fue una alumna de Chopin (Manté de Fleurville) quien le descubrió su faceta musical. Ingresó en 1873 en el Conservatorio de Paris.
Las composiciones de Wagner y Debussy, fueron los cimientos del movimiento vanguardista, por lo que les convierte en compositores influyentes de finales del s. XIX y comienzos del XX.
El impresionismo nace como movimiento pictórico representado por Renoir, Monet, Manet.  Es una tendencia que abrirá las puertas a una nueva era artística, que se caracterizará por la ruptura radical con todo lo establecido anteriormente.
Debussy, cuando se refiere al impresionismo, confiesa: “lo que yo intento es hacer algo diferente. Impresionismo es una palabra que los necios emplean de la peor manera posible, en especial los críticos de arte”.
Debussy considera el arte como una experiencia sensual; es el triunfo del espíritu francés lleno de matiz y sugerencia. Quiere llegar a fundar un arte genuinamente francés.
Las analogías que podemos encontrar con la pintura es la preferencia por los temas relacionados con la naturaleza, la aparición y experimentación con timbres no utilizados anteriormente. A todo esto tenemos que sumarle el desarrollo de la acústica.
El estilo compositivo de Debussy abre nuevos caminos e ideas en la forma y la orquestación. Su obra está influenciada por la música oriental, la modalidad de la edad media. Se libra de la tonalidad y de las bases rítmicas clásicas. Es considerado revolucionario por el uso de las consonancias y disonancias, acordes que quieren producir efectos de color y timbre.
El aspecto armónico es la aportación más importante o destacada del estilo compositivo de Debussy. Es lo que mejor define el estilo impresionista. Para García Laborda, la armonía del impresionismo musical coincide con la luz y el color del impresionismo pictórico. No obstante, debemos tener en cuenta que esta armonía nos viene legada del periodo romántico.
La armonía y la melodía son aspectos inseparables y constituyen la base o esencia de la música impresionista. Las escalas de tonos enteros y las pentatónicas son elementos indispensables y asociados a muchas melodías de Debussy.
Todos estos parámetros, incluido el ritmo, han quedado sujetos a la planificación tímbrica y a la organización de la textura tímbrica de la orquesta. La música impresionista tiende a destacar los distintos timbres de la orquesta así como ciertas combinaciones no usuales. En cuanto a la estructura, una gran mayoría de obras impresionistas tienen una organización formal clara.
Ante todo, la música impresionista es un arte francés, pero se extendió a países como España, Italia, Gran Bretaña, Alemania, Noruega, Rusia. Los compositores de estos países reflejaron en sus obras aspectos coincidentes con el impresionismo (Cyril Scott, Mahler, Strauss, Grieg, Skriabin, Bartók Kodály, Stravinsky).
En Italia el impresionismo se instalo en la Ópera (Puccini), música sinfónica (Respighi). En España se instalo en las obras pianísticas de Albéniz, Falla.
Entre sus obras más importantes, podemos destacar:
Cuarteto en sol menor, Preludio a la siesta de un fauno, Tres Nocturnos, Pélleas et Mélisande (Ópera), Rapsodia para clarinete y orquesta, Sonata para viola, arpa y flauta.
Bibliografia:
http://www.epdlp.com/compclasico.php?id=990
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=debussy-claude
Strobel, H,: Claude Debussy, Marid: Alianza Editorial, 1990.








miércoles, 7 de noviembre de 2012


EL PROBLEMA DE LA INTERPRETACIÓN MUSICAL
“Una novela es una máquina de generar interpretaciones”
UMBERTO ECO
Alguna vez nos hemos podido preguntar como sonaban los autos sacramentales, las óperas tempranas, los conciertos barrocos o clásicos, Mozart, Beethoven, Haydn …, en su época, en su ambiente, en esos teatros, salas de concierto, salones de la nobleza, iglesias. Quién acudía a verlos?, cómo lo recepcionaban?.  Qué aportó la música, de la época renacentista, barroca, clásica, en los años posteriores, en las generaciones siguientes. Cómo fueron recibidas por los oyentes, por el resto de compositores?,
Ha sido siempre un tema interesante  el cual la historia reciente no ha sabido todavía plasmar. Tras la lectura de un texto de Jürg Stenzl,( En busca de una historia de la interpretación musical /traducción de Almudena Vidal, Manuel Larios y Rocío Barrios y  revisada por Pablo Rodríguez), me gustaría exponer a rasgos generales las conclusiones a las que llega el autor y aportar algo a tema que nos ocupa.
Podemos afirmar que la música compuesta antes del clasicismo (por regla general), desaparecía con cierta rapidez, para dar paso a composiciones más modernas. Es más lo habitual es que un compositor de cierta fama, pasara al olvido poco después de morir.
Es la música del clasicismo vienés, Beethoven, Mozart y Haydn, la que siguió siendo interpretada y ha llegado hasta nuestros días.  Esta música no tuvo que ser redescubierta como la de Bach o Monteverdi. Wagner, Malher… tomaron a los clásicos como contemporáneos suyos.
Ello acarrea un problema, pues el tiempo pasa y la música clásica no es considerada antigua      (en tiempo), sino que se mueve en el círculo contemporáneo. Los directores la dirigen o interpretan como algo de su época, aplicando su forma propia. En definitiva, no la tratan desde el punto de vista histórico.
A esto le tenemos que sumar la intangible de la música, como arte pasajero, suena y se difumina, desaparece en el ambiente. Es un arte fugaz. No sabemos la exigencia total de los autores para con el montaje de sus trabajos. Cómo Beethoven quería que se interpretara el movimiento de una de sus sinfonías, el nivel de improvisación que aplicaba Bach a sus composiciones…. Las cartas, los escritos, los estudios, nos ayudan a aproximarnos a la verdad.
Todo esto cambió con la llegada del fonógrafo  (finales del s XIX).
Con todo ello podemos llegar a la conclusión que no se interpretaba de igual forma en el s XIX que en s XX. Con estas nuevas técnicas se quiere llegar a una interpretación más fiel, las obras comienzan a considerarse desde un punto de vista histórico. No obstante, no olvidemos que existen una cantidad de factores anacrónicos que no podemos simular, por lo que la interpretación nunca llegara a ser fiel al original.
Surgen diferentes tipos de interpretación de una misma composición, avalada por los conocimientos y el entender del Director (que ya, desde el romanticismo, toma el mando de la orquesta y surge como figura principal y decisiva en la interpretación de las composiciones). Según Júrg Stenzl,  podemos distinguir tres formas o maneras de interpretar (siempre localizada esta interpretación en Alemania y con música instrumental): interpretación expresiva, estilo neo-objetivo, interpretación historicista.
La interpretación expresiva se caracteriza por la “frase rubato”. Se aplica sobre todo en composiciones de Beethoven y Weber. Esta forma está muy documentada en escritos de Wagner. Consiste en el cambio constante del tempo en la articulación de las frases. Podemos escuchar este tipo de interpretaciones en las grabaciones de directores como Nikisch, Mahler, Mengelberg, Webern.
El estilo neo-objetivo creado, parece ser, por Igor Stravinsky, exige que la interpretación no sea distorsionada, en contraposición a la expresiva. Stravinsky insiste en la sincera comunicación del texto musical. En la actualidad es la forma más empleada.
La interpretación historicista tiene como meta tocar música antigua, olvidando la historia reciente y remontarse a la historia más alejada. Para ello muchas orquestas reconstruyen instrumentos que pretenden ser lo más parecido a los originales. Quieren o buscan ser fieles a la época, algo que conlleva inconvenientes.
A todo ello debemos sumarle la continua evolución y progreso de los medios de grabación (mecánica, analógica, monofónica, estéreo, digital, etc) que se han utilizado como excusa para seguir haciendo grabaciones de las mismas composiciones, en las cuales se observa, no sólo los cambios en la interpretación, sino los cambios conseguidos por el avance de las nuevas tecnologías, siempre mejorando (se supone) el audio anterior. Ahora nos encontramos ante una nueva encrucijada. No sólo valoramos la interpretación, sino también el medio y la técnica con la que se ha grabado.
Quizás la conclusión a la que llega Stenzl es la falta de una Historia de la Interpretación. Esta Historia debe acoger todas y cada una de las variantes que se pueden dar en el mundo de la interpretación, sin dejar fuera el mundo de la audición, ya que la opinión del oyente es importante para la conformación de esta Historia que llega con retraso, como tantas veces, en el campo musical.
La frase inicial de Umberto Eco la podríamos modificar (con su permiso) por: “Las composiciones (musicales) son una máquina de generar interpretaciones”
Bibliografía:
Colin  Lawson  and  Robin  Stowell,  The  Historical  Performance  of  music.  An Introduction, Cambridge, Cambridge University Press, 1999 (traducción española: La interpretación histórica de la música, Madrid, Alianza Música, 2005).
Jürg Stenzl , En busca de una historia de la interpretación musical (traducción de Almudena Vidal, Manuel Larios y Rocío Barrios, revisada por Pablo Rodríguez)