martes, 6 de agosto de 2013

Modernismo y Postmodernismo


Breve Introducción a una de las etapas más importantes de la música occidental

Desde que el hombre existe ha habido música.
Pero también los animales, los átomos y las estrellas hacen música.
Karlheinz Stockhausen

El modernismo es un término compuesto por los nuevos movimientos estéticos en las artes que datan de finales del siglo XIX y principios del XX. Algunos de estos movimientos son: el simbolismo, el expresionismo, el cubismo, el futurismo, el constructivismo, el dadaísmo y el surrealismo.

La modernidad en una reacción de los artistas en contra de las anteriores formas estéticas y filosóficas del romanticismo y el clasicismo. Es una negación de los principios de la tradición anterior. En la música, se denota una nueva estructuración, un rechazo de la base armónica y melódica anterior, no sujetas a las formas establecidas, primando la disonancia y cierta ambigüedad.

En todas las artes modernistas surge una experimentación consciente de sí misma con la forma fundada en la necesidad de revolucionar el "lenguaje" del arte mismo.

Una segunda característica de la modernidad, vinculada con el deseo de experimentación formal, es la preocupación y fascinación por los nuevos medios, la tecnología y la ciencia.

El cientificismo modernista surge en 1880, como nos muestra la obra de Seurat y Cézanne. Ambos estuvieron muy interesados en cambiar la base de la percepción del arte influenciados por su estudio científico.

El empuje tecnológico es más claro en los primeros años del siglo XX. Aparece el constructivismo soviético y el futurismo italiano, que abogaba por los nuevos medios y señala las analogías entre la producción industrial y las prácticas culturales.

 Las nuevas tecnologías afectan a los medios de producción y reproducción artísticos. Estas tecnologías son un estímulo para la nueva estética,  en cuanto a la utilización de materiales artísticos.

Los Futuristas son partidarios especialmente de la nueva estética, de la tecnología y la ciencia. Severini escribió que el arte debe evolucionar de la mano de la ciencia. El suyo fue un cientificismo ecléctico: teoría de la interdependencia de la percepción, la psicología y la estética, y también propone una estética de los números.

 El arte  visual futurista fue fuertemente influenciado por las nuevas tecnologías del cine y la fotografía. Russolo, el teórico futurista clave de la música, argumentó en su manifiesto de 1913, El arte de los ruidos, que la evolución musical es paralela a la multiplicación de las máquinas, e hizo un llamamiento a la música para convertirse en un "arte de los ruidos" que abarcara el nuevo paisaje sonoro urbano e industrial. La teoría futurista influyo en los compositores para que con la nueva tecnología, buscaran nuevos sonidos. Un ejemplo es la musique concrete.

Una tercera característica de la modernidad, implícita en las anteriores, es el teoricismo. El arte modernista invierte un poder sin precedentes en los textos exegéticos. Ejemplos de ello son los manifiestos y los escritos polémicos que acompañan a muchos de los movimientos de principios del siglo XX: el constructivismo y el futurismo, dadá y el surrealismo.

El Teoricismo, ha sido fundamental para la legitimación de las prácticas del arte moderno, y está estrechamente implicado en la misión pedagógica y normativa de la vanguardia.

La mayoría de los movimientos modernistas se centran en experimentos formales diseñados para subvertir  el choque de dos enemigos de la vanguardia: el arte académico y oficial y el público burgués. No busca una participación social amplia.

            Se pueden observar ciertos aspectos, dentro del contexto histórico de la vanguardia, los cuales podrían llevarnos a entender mejor estos movimientos.

En primer lugar, los orígenes del concepto de socialismo francés y las cambiantes relaciones entre el radicalismo artístico y político en la Francia del siglo XIX.             En segundo lugar, el clima político de Europa a finales del siglo XIX y XX - como dice Anderson, la proximidad imaginativa de la revolución social y su influencia en los artistas, aunque, como señala él mismo, el arte modernista era objetivamente transpolítico, capaz de afiliarse tanto a la izquierda como a la derecha. En tercer lugar, la supresión completa del arte moderno, a partir de la década de 1930, en la Alemania nazi y en Rusia con Stalin, que dio lugar, después de la guerra, a la percepción de la modernidad como intrínsecamente anti-totalitaria y anti-fascista.

Los artistas son los encargados de tomar el timón del progreso, por encima de los gustos de la época, y así educar y convertir al público, para ellos, ignorante.

 En la música, el advenimiento de la modernidad coincide con la descomposición del sistema subyacente musical. El sistema tonal que había durado más de trescientos años, y que sirvió de base para la música clásica barroca y romántica, se desmorona. Los compositores del romanticismo tardío, como Wagner y Scriabin, pensaban que el sistema se había expandido tanto que había llegado a un estado de gran tensión. Por ello comenzaron la búsqueda de nuevos principios de organización.

En primer lugar, se produjo un período de atonalidad - la suspensión y supresión de toda referencia tonal y de la forma temática. Pero en la década de 1920 una nueva técnica de composición fue desarrollada por Schoenberg y sus discípulos Webern y Berg (la Segunda Escuela de Viena) llamada serialismo. El Serialismo,  es una revolución estilística que lleva a la crisis total a la tonalidad y fue durante algunas décadas la fuerza que movió el modernismo.

El serialismo, tal como fue concebido originalmente, se centró en la organización de un sistema. Esto implica la construcción de una serie de doce notas-escala cromática- en un orden fijo. Estas doce notas o sonidos se colocan en cuatro estructuras básicas para generar la música. Estas cuatro formas estructurales son: la forma original, su retrógrada, la inversa y la retrógrada de la inversa. Las cuatro transformaciones pueden ser adaptadas para iniciarse en cada una de las doce notas cromáticas. De esta forma obtenemos cuarenta y ocho combinaciones que proporcionan las semillas de la composición.

A principios de siglo (XX) el modernismo musical era muy ecléctico, y el serialismo no fue hegemónico en este período. Durante los años 1920 y 1930 fue en paralelo con dos tendencias rivales, las tendencias que casi podría considerarse "proto" posmodernas. Una de estas tendencias es el movimiento neoclásico asociado a compositores como Stravinsky y Hindernith. Es un intento de revitalizar el presente por referencia a los principios de las músicas de los siglos XVIII y XIX y anteriores.

Otra tendencia que aparece entre las dos guerras es la que se apropia conscientemente de las músicas populares, tanto urbanas como de  base popular. Como ejemplo podemos citar la obra de Debussy,  Satie e Ives.

En los años 20 aparece el movimiento jazzístico por parte de compositores como Poulenc, Milhaud, Krenek, Copland, Antheil, y Gershwin (cuya obra es quizás mejor clasificarla como música popular, que a veces aspiraba  a la condición de música "seria"). Al mismo tiempo, compositores como Bartbk, Kodaly, Stravinsky, Falla y Vaughan Williams se inspiraron en las músicas populares, las cuales ayudaron al resurgir de los nacionalismos, que podemos engrosarlos como variantes del modernismo.

Tras la segunda guerra mundial, el serialismo se renueva e intensifica, pasando a ser el principal método de composición. Se convierte en el punto de convergencia ideológica de la posguerra. Boulez y Stockhausen en Darmstadt y Babbitt en Princeton, se convierten en los maestros principales. Los compositores del serialismo de los años 50 trataron de diferentes formas de generalizar el serialismo con el fin de producir un nuevo método universal de composición.

Aparece de nuevo el interés por la tecnología y la ciencia aplicada a la música, así como las matemáticas aplicadas al serialismo integral.

 Stockhausen une el serialismo, el cientificismo y la electrónica, con el objetivo de obtener un control total sobre el timbre, un elemento difícil de alcanzar y no analizable en la música.

El período de la posguerra también vio la consolidación de las disciplinas de la nueva música académica, de la musicología, de la teoría de la música, el análisis de la música en las universidades, la proliferación de textos y análisis teórico de la música.

La principal alternativa a partir de 1950 fue la tradición de la música experimental que se centró en el compositor estadounidense y gurú John
Cage y sus seguidores, incluyendo compositores como Morton Feldman, Christian Wolff, Earle Brown, y más tarde La Monte Young y Cornelius Cardew. Durante décadas estos compositores fueron menos conocidos, menos poderosos y menos legítimados a diferencia de los serialistas.

Cage fue objeto de una amplia gama de influencias americanas y europeas durante sus años de formación en la década de 1930. Fue influenciado por Schoenberg y Henry Cowell, figura clave en la creciente vanguardia americana.

 Como reacción al determinismo del serialismo y la hipercontrol de todos los parámetros del sonido, Cage y sus seguidores querían liberarlos mediante la introducción de procedimientos aleatorios y el azar: non control. Su consigna era la indeterminación.

            La vanguardia musical estuvo lejos de ser unitaria. Las diferencias entre los dos principales movimientos (postserialismo-postmodernismo) son insalvables. Supone un contrapunto continuo.